Porque hay días buenos y días peores. Días blancos y días negros. También hay días grises, que, en su mayoría, se borran de tu recuerdo como la neblina que pasa. Hay días que te levantas con energía, y días en que la cama se pega a ti impidiéndote abrir siquiera un ojo. Días en que todo sale bien, perfecto; y días en que todo está torcido, y todas las esperanzas se vienen abajo. Porque no todos los días son iguales.
Respeto desde la perspectiva de la Fratelli Tutti
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En el marco del encuentro de la Fratelli Tutti, hemos sido invitados a
seleccionar en esta encíclica del Papa Francisco que se apega a la
perfección con ...
Hace 1 día
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